Los “especificadores” reciben un diseño en color, que necesitan traducir a la producción real. El problema, hoy día, es que la especificación del color es subjetiva y/o no está suficientemente detallada. La mayoría de los colores todavía se siguen especificando mediante catálogos de colores y no se tiene en cuenta el efecto de los materiales a utilizar. El resultado, con frecuencia, es la falta de constancia del color. Los requisitos de aplicación restringen, con frecuencia, el número de colorantes que se pueden usar lo que imposibilita la obtención de determinados colores.
Colibri® ayuda a los especificadores a evaluar la factibilidad de producción del color sin pasar por el proceso de producción. Ya no se pierde el tiempo en pruebas y no hay retrasos mientras se espera la respuesta del proveedor ni se calcula a medida para satisfacer los requisitos de resultados y normativa.